lunes, 23 de noviembre de 2015

BAJO LA ALMOHADA (Cuento)


Cuenta la luna:

Cierto día el Ratón Pérez se quedó mirando a la luna y lanzó un suspiro.

- ¿Qué te pasa? –preguntó la luna.
- Que me estoy quedando sin ideas para hacer regalos.
- ¿Cómo? –volvió a pregunta la luna tan llena de curiosidad que paso de menguante a creciente en un segundo.
- No se me ocurre nada nuevo para dejar bajo la almohada de los niños cuando se le caen los dientes, porque siempre dejo lo mismo. ¡Soy muy tradicional!
- Pues sí que es un problema –suspiró la luna volviendo de creciente a menguante, al tiempo que el Ratón Pérez también suspiraba.

Ambos estuvieron quietos y callados por un tiempo hasta que la luna halló la solución y así se hizo saber al Ratón.
- La verdad querido amigo es que te complicas la vida sin necesidad. Porque se caiga un diente no hace falta regalar un coche, una muñeca o dejar dinero bajo la almohada, basta con que les dejes ilusión –dijo la luna.
- ¿Y eso como lo hago? – preguntó el Ratón Pérez
- Déjalo de mi cuenta –contestó la luna desde el oscuro cielo.

La luna dio al Ratón Pérez un puñado de rayos lunares para que los fuera dejando debajo de las almohadas, al lado de los dientes, para que estos recibieran el favor de la magia y así se volverían en dientes mágicos que fueran talismanes, amuletos de la suerte y la buena fortuna.

Al Ratón Pérez le encantó la idea y esa misma noche fue dejando rayos de luna junto los dientes bajo las almohadas. Al llegar el día, desde la ventana de su casa museo, por donde el Ratón Pérez ve a todos los niños, pudo observar gran felicidad  y grandes sonrisas melladas de todas las caras

No tuvo ninguna reclamación y se sintió muy satisfecho al ver cómo los dientes mágicos se guardaban en cajitas de colores con mucho cuidado.




Por favor, si quieres hacer uso de este cuento, cita a la autora:  © Pilar del Campo Puerta (está en el Registro de la Propiedad Intelectual). Gracias.

NOTA:
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